(Economía de los Mil Demonios, 17/05/2010)
Hace mucho, mucho tiempo, si querías información estadística detallada del medio ambiente peruano tenías que vestirte para el combate, cortarte el pelo cortito y tirarte de cabeza a ese gran monstruo que se llamaba Inrena. Me disculparán los amigos y colegas que trabajaban ahí, pero en lo que a disponibilidad de información se refería, Inrena era un desastre.
Un desastre, dije. Y no, no me vengan con que no se podía hacer más con el presupuesto que tenían o porque los intereses neoliberales así lo querían. Era pura y simple burocracia ineficaz. Por ejemplo, nunca olvidaré ese nefasto día en el que un compañero pidió una base de datos a Inrena y le enviaron un archivo en QPro. …