(Economía de los Mil Demonios, 04/05/2010)
No es novedad que el Perú invierte casi nada en innovación tecnológica y en asimiliación dentro del país de tecnologías nuevas. Y en un post anterior comentaba que ese esfuerzo no se debe concentrar a científicos de avanzada o a universitarios genios, sino también a peruanos de día a día. Por ejemplo, en la aplicación de nuevas tecnologías en la agricultura que permitan sacarle mayor producto a la tierra.
No debemos olvidarnos de que el agro alrededor del mundo no está produciendo bienes de lujo o qué sé yo. Está produciendo comida. Y hasta no hace mucho la amenaza malthusiana -esa que decía que la población crecía a ritmo geométrico, pero la capacidad de producir alimentos a ritmo aritmético- aún le quitaba el sueño a la gente. Se supone que como consecuencia de los adelantos tecnológicos de décadas atrás eso dejó de ser una pesadilla latente. …